Lo
has tenido siempre delante de tus narices pero nunca te has dado
cuenta. Estaba en tu salón, observando todos tus movimientos desde
que llegaste a este lugar. Podría haber sido Paquito, Alfonso o
Mariano, pero no. El que está en tu pared es Mozart, lo sabes porque
se lo has preguntado.
Mozart |
En
realidad Mozart no tiene sentimientos. Tampoco habla. No lo hace
porque es una piedra, pero no lo es porque tu has decidido que no lo
sea. También te respalda un montón de gente que opina igual que tú.
Todos habláis con piedras, pero hay que respetaros porque es muy
respetable que la gente hable con piedras. Además, nadie ha
demostrado que tu piedra no sea Mozart, lo cual sin duda significa
que es Mozart.
Un
día fuiste a un fast food y a la vuelta le ofreciste una doble con
queso a Mozart. Y entonces te dijo:
-¿Una
doble con queso? ¡¡Pero si soy una puta piedra!!
Y
desde entonces se enfadó y dejó de hablarte. Le cambió el rostro; se
puso como de mala hostia, pero así como se pone de mala hostia una
piedra. Vamos, no de cualquier manera.
Últimamente
parece algo más animado. Quizás con un sandwich vegetal...
No hay comentarios:
Publicar un comentario