lunes, 18 de marzo de 2013

Descartes vs. Doraemon

El auténtico Descartes
Nos encontramos en un universo neutral, una realidad en la que no ocurre más que la indemostrable existencia. Descartes acaba de meter un cerebro en un frasco. De pronto Doraemon entra en escena. Ambos se miran, parecen extrañados. Doraemon dice ser un gato cósmico, pero en el fondo solo parece un bicho azul. Una mierda de bicho azul...

En los dibujos animados no mencionaron ese detalle, pero los gatos cósmicos son una cosa que huele fatal.

Y Doraemon huele muy mal...

...rematadamente mal. 

Y de pronto, Descartes recuerda ESE olor, y es entonces cuando exclama:

-¡Me llamo Renè! ¡Tú mataste a mi padre! Prepárate a morir...

Acto seguido se lanza a golpear en la glándula pineal del bicho. Pero, ¡oh, sorpresa!, los gatos cósmicos no tienen glándula pineal y Doraemon aprovecha la confusión para intentar saltar y golpear sin compasión al filósofo. Afortunadamente: Descartes puede volar. Pero ese maldito bicho tiene un sombrerocóptero, lo que no duda en utilizar para perseguirle, mientras esquiva los rayos de poder cartesiano que el científico le dispara desde la estratosfera.

Y es en este momento cuando aparece de la nada una gente rara. Visten túnicas, tienen palos y antorchas y empiezan a cagarse en el racionalismo, porque dicen que es una mierda y que prefieren lamerle las pelotas a un bicho azul que huele mal a perder el tiempo con tonterías. Descartes ha agotado sus superpoderes y ahora está acojonado. Es normal, uno puede cagarse en muchas cosas, pero escoger precisamente el racionalismo es algo turbio. Máxime si lo que viene a continuación es una masa enfurecida, señalándote y amenazándote con palos.

Y así es como Doraemon venció a Descartes...

Epic win

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